Cada día trae consigo un conjunto de acontecimientos propios de un mundo pecador; no obstante, recibes la bendición de amanecer con aliento de vida en un mundo donde personas no logran ver la luz de un nuevo día.
Diariamente, diriges los alimentos que Dios provee para ti, aún cuando existen personas que mendigan en las calles tan solo un pedazo de pan; hoy sonríes junto a tus amigos mientras que no muy lejos de ti hay alguien que llora desesperadamente. Tienes buen gusto al elegir las marcas de tu ropa y tu calzado pero… ¿te diste cuenta ya cuantas personas andan desnudas o descalzas?; Gozas de buen estado de salud donde hombres y mujeres al igual que niños sufren una incurable enfermedad…Te quejas en ocasiones de los bochornos de tu familia y este mundo esta lleno de jóvenes desamparados sin hogar sin alguien que le de su bendición cuando la necesitan…
No te pido que ahogues tu vida en pensamientos como estos pero algo que no estaría de más, es agradecer a Dios por todas y cada una de esas bendiciones que El derrama sobre ti todos los días.
Has pensado alguna vez lo especial que eres para Jesús. O te has preguntado ¿Cómo sobrevives a los malos tiempos de este mundo?
Cada vez que despiertas y respiras el aire puro, ves la luz de un nuevo día, date cuenta que es una oportunidad que te da Cristo de acercarte a El.
Nunca olvides eres una hermosa persona que Dios creó, nunca te menosprecies, repito eres especial, eres importante, no importa si la sociedad no te acepte, Cristo te ama y te espera… sino lo crees así: ¿Por qué me envió a predicarte hoy?
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